Esta historia de amor tiene como telón de fondo la Revolución Francesa, la lucha de Gran Bretaña por evitar la implantación de la República y el espionaje entre ambos países. Debo decir que, a pesar de que su lectura no me ha desagradado, no ha cumplido las espectativas que había puesto sobre ella. Su prosa es muy sencilla, se lee bien, pero la escritora es un poco parca a la hora de describir sentimientos y sensaciones. Incluso he echado en falta algunas descripciones un poco más elaboradas -a veces se limita a describir los objetos de una estancia o las ropas simplemente por el color de los tejidos-. En cuanto al carácter y personalidad de los protagonistas, tampoco me han convencido mucho. Dominic, sobretodo en la primera parte de la novela, me ha parecido un tipo muy frío, arrogante y desprovisto de sentimientos (no duda en aprovecharse de su experiencia para utilizar a Julianne). Y ella, supongo que debido a su juventud, ha resultado una chica demasiado inmadura y soñadora, por lo que la historia de amor entre los dos protagonistas me ha parecido poco creíble. Confieso que me han gustado mucho más los personajes secundarios (los hermanos de Julianne y Nadine, la prometida del conde) que los protagonistas principales. El desenlace, en mi opinión, lo peor de todo el libro. Facilón y poco elaborado, me ha dado la sensación de que la autora tenía un cupo de páginas para escribir y que se le estaban acabando. Lo que más me ha gustado de toda la novela ha sido la trama del espionaje y el contraespionaje, la escritora ha recreado momentos realmente embrollados y emocionantes y los ha sabido resolver con cierta gracia.
hace 12 años