Es una novela fugaz, más que la historia misma lo interesante es el tipo de narrativa salvaje de kerouac, que nos hace viajar de forma frenética, siempre en una dualidad complementaria entre Sal y Dean, que son como hielo y fuego, uno es contemplativo y el otro hedonismo puro, lo que los hace una dupla perfecta, creo que la novela es una invitación a vivir, a viajar, a experimentar y a estar en constante movimiento, es muy agradable para una lectura de cuarentena, para tiempos de encierro salir a dar una vuelta con keoruac siempre sera divertido.
hace 11 meses