Corre la primavera del año 16 a.C., y la frontera de Germania es sacudida por una súbita invasión: queruscos, usípetos y téncteros se unen para causar un funesto desastre militar que acarreará la pérdida de un Águila de Oro, el estandarte más preciado de la Legión V Alaudae. Marco Lolio, gobernador de la Galia Bélgica y responsable del ejército romano, será desplazado del poder, y en su lugar será un ambicioso conquistador, un insaciable y joven romano, Druso el Mayor, hijastro del todopoderoso Augusto y aspirante al solio imperial, quien se hará cargo, al frente de ocho legiones, de la ofensiva más cruel jamás emprendida contra el peligroso norte del continente. Sin embargo, el legendario Segimer Wulfalahaub (Cabeza de Lobo en lengua germánica), le hará frente con gran astucia y coraje. Tras la muerte prematura de su joven esposa al dar a luz, este príncipe de los queruscos comprenderá el ambiguo significado que las walas y hechiceros de su pueblo dieron al nacimiento de ese hijo, Arminio, así como el designio letal de su propia vida, destinada a proteger a cualquier precio la libertad de su pueblo frente a la inminente romanización.