Una típica novela de aventuras. Está plagada de magníficos personajes. La mayoría de ellos son vagabundos, ermitaños, buscavidas... Auténticos pillastres que tratan de cambiar su suerte, y que se ven enfervorecidos y obnubilados por "la fiebre del oro". Su final nos conduce irremediablemente a uno de los pecados capitales del ser humano: la codicia.
hace 9 años