Anxo Otero abandonó hace años su Galicia natal y trabaja en una institución para muchachos sin padres, en Pamplona. En ella ocurren situaciones extrañas, escenificaciones tras las puertas de un cuarto de castigo lleno de espejos. En Vigo, un detective llamado Fermín Dulantzi, originario de Navarra, apenas se relaciona con Carreira, su ayudante. Un día, desesperanzado, recibe un nuevo caso: vigilar a un poderoso sindicalista de la Confederación de Traballadores Galegos que amenaza con liderar una huelga. La investigación permite a Fermín Dulantzi adentrarse en tramas que le proporcionarán una suerte de redención por todo el mal que había hecho.