Con El rapto de Hortensia Jacques Roubaud prosigue la aventura iniciada con La bella Hortensia, y que se prolongará en una tercera novela, El exilio de Hortensia. Se configura así un ciclo novelesco de una originalidad radical, en el que la novela de detectives se articula sobre un vasto substrato de alusiones y se rompe con todas las convenciones narrativas corrientes, en la mejor tradición del Oulipo. El rapto de Hortensia descansa aparentemente en un asesinato, en un rapto –el de la heroína– y en una confusión de identidad, tanto humana como gatuna. Elementos todos ellos propios de la novela policiaca, pero que Roubaud lleva mucho más allá, construyendo un tejido narrativo que subvierte los cánones y convierte su lectura en una experiencia creativa.