Utilizado por generaciones de estudiantes y de escritores de todo el mundo como un verdadero arsenal de audaces posibilidades narrativas desde su publicación en Estados Unidos en 1969, "El hurgón mágico", uno de los hitos de la narrativa posmoderna, resulta tan fascinante y novedoso como cuando apareció por primera vez. Como pieza central del libro hay una dedicatoria a Cervantes, en la que el autor formula su propio programa radical para la transformación de la ficción, comparable al que llevó a cabo el propio Cervantes, con quien Robert Coover se siente en deuda: "Nos enseñáis con el ejemplo, Maestro, que las grandes obras narrativas permanecen llenas de sentido a lo largo del tiempo como un lenguaje-proyección entre generaciones, como un arma contra las zonas marginales de nuestra conciencia y como un reforzamiento mítico de nuestro tenue asimiento de la realidad. El novelista utiliza formas familiares míticas o históricas para combatir el contenido de esas formas, para conducir al lector (¡lector amantísimo!) de la mistificación a la aclaración, de la magia a la madurez, del misterio a la revelación."