El guardián de los objetos perdidos de Ruth Hogan es una historia muy mágica que comienza cuando Anthony Peardew, un escritor, decide legarle a su asistente Laura su mansión y todos los objetos perdidos que ha ido encontrando y guardando durante años en su estudios. A cambio, Laura sólo debe cumplir una promesa: intentar encontrar a los dueños de todos esos objetos. Una tarea, a priori, terriblemente complicada para la que contará con la ayuda de dos amigos muy especiales. Ruth Hogan nos embarca en una complicada aventura en la que los protagonistas no solo deberán elucubrar la mejor manera para cumplir con el último deseo de Anthony sino también luchar contra los, metafóricamente hablando, demonios que les asaltan al abandonar la casa que se ha convertido en un refugio para ellos. Esta es una novela muy original. No solo por las dos historias que nos va contando la autora sino también por las decenas de pequeños relatos que pueblan sus páginas. Todos ellos relacionados con los objetos que esperan a sus legítimos dueños en el despacho de Anthony. La novela brilla con luz propia no solo por su cuidado y singular estilo narartivo sino también por el elenco de protagonistas. Lo forman Laura, una mujer atormentada por su pasado; Sunsine, una joven con un ligero retraso mental que ha superado sus traumas y tiene un don muy especial; Freddy, un hombre aparentemente hosco, que tiene un corazón de oro; Eunice, una joven editora que adora su trabajo y Bomber, el jefe de Eunice, que disfruta su trabajo, el cine, y la compañía de su inteligente y exigente perro. Todos ellos están acompañados por personajes secundarios que aportan a la novela frescura y locura a partes iguales. Hasta la malvada de la historia es una exasperante caja de sorpresas... Una historia que nos incita a dejar atrás los remordimientos y a aprovechar las oportunidades que se nos presentan. (Ana García, 30 de mayo de 2018)
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