El editor de libros Leo Blum alcanzó lo más alto y lo más bajo de su profesión en tan solo unos pocos años. Su progresión hacia la cima de este negocio que agoniza no fue fácil, la verdad; estuvo plagada de acciones, digamos, poco éticas Blum consiguió el sueño de cualquier editor, dar con el autor perfecto, todo lo que Marc escribía se convertía en un fenómeno de ventas. Así que la felicidad de nuestro Gran Leo era completa hasta que descubrió que en el momento que Marc se enamoraba era incapaz de escribir y, por tanto, generar dinero para seguir llenando la ya abultada cuenta corriente de Leo ¿Y qué haría usted?