El jurado destaca en la obra ganadora lo atrevido de su propuesta, el brillante uso de la cultura literaria, así como la ruptura de los moldes narrativos al uso y el hilarante juego metaliterario acerca de la figura del autor. Sólo Carmen Boullosa podía escribir una novela así, una novela creadora de su propio género. Entre carnaval y ensayo, entre novela de fantasmas y road-novel, entre intelectual y pop, esta novela única, cómica y reflexiva, simple y a la vez compleja, confirma el lugar que ocupa la autora en nuestras letras hispanas.