La aparición del cadáver de una mujer de la alta sociedad barcelonesa de 1952 inicia una competición entre la policía del régimen y una cronista de sociedad, depurada políticamente, por investigar el caso. A medida que la trama va avanzado, la investigación en sí va perdiendo interés para el lector, entre otras cuestiones, por las situaciones inverosímiles, propias de una comic, que Rosa Ribas traza en una novela policiaca que tiene mucho de novela social. Este último género que impregna la obra hace que la parte criminal tenga menos relevancia que la disección de las altas esferas y el hampa de una época y una ciudad. Por eso, los personajes estrafalarios y las tramas poco creíbles desentonan en el libro. Las descripciones de antiguas clases altas ilustradas y represaliadas, y la forma con la que se recuerda el fervor franquista de la Cataluña de posguerra (no olvidemos ese dato que el nacionalismo actual silencia) ofrecen así en el principal interés de “Don de lenguas”. www.antoniocanogomez.wordpress.com
hace 8 meses