Resumen

Amores mal entendidos, amores no correspondidos, amores interesados, algún que otro fraile glotón e incluso peces parlanchines, todo cabe en los cuentos valencianos de Blasco Ibáñez. Frente al desamor, frente a la muerte, que campa a sus anchas sin respetar ni una noche de boda, sobresalen las magníficas descripciones de los tipos valencianos. Más allá del cielo azul, del arroz y la tartana, despunta el lenguaje castizo, burlón y hasta cruel con el que Blasco pinta, a veces con brocha gorda, a veces con fino pincel, siempre con maestría, a hombres y mujeres de los que el lector difícilmente podrá olvidarse: "Pepeta, la Buena Mosa, una vaca brava que por las mañanas revendía fruta en el Mercado, y con su falda acorazada, pañuelo de pita, patillas en las sienes y punta de bandolina en la frente, pasaba la vida a la puerta de su casa, tan dispuesta a arañarse con la primera vecina como a conmover toda la calle con alguno de sus escándalos de muchachota cerril"

1 Críticas de los lectores

8

Los cuentos y los personajes de Blasco Ibáñez hacen reír, sufrir y, sobre todo, mueven a la reflexión. De fácil lectura, el conjunto deja un grato recuerdo.

hace 9 años