Pocos autores han tenido la capacidad de analizar a golpe de bisturí la realidad, y diseccionarla a base de descripciones empleando eso que se ha llamado "literatura costumbrista" tan bien como lo hizo Blasco Ibáñez. En este caso, nos hace adentrarnos en los entresijos de una familia de clase alta Valenciana venida a menos,vertebrada en torno a un gran personaje que es la Madre,Manuela,mujer sin escrúpulos capaz de hacer lo que sea con tal de que su "familia" no sufra la deshonra de perder esa condición social que tanto les ha costado mantener, y alrededor de la cual gira la vida de todos los miembros de la misma, marionetas que maneja la cabeza de familia a su antojo,concertando o deshaciendo noviazgos a su voluntad según la conveniencia económica del pretendiente, o embaucando para que le saque las castañas del fuego cuando se ve ahogada por las deudas a ese hijo que todos ningunean a lo largo de toda la novela,Juanito,otro de los grandes personajes de un libro que está, por otra parte,repleto de ellos. Asistimos,a la vez que se nos va haciendo una rica descripción de las costumbres sociales valencianas de la época,durante toda la trama,a una lucha entre la racionalidad y el espíritu práctico,representada por el Tío Juan, Juanito,o Eugenio, el dueño de las tres Rosas, y el espíritu derrochador y poco reflexivo encarnado en la figura de Manuela,sus hijos,Antonio Cuadros o todos esos "bolsistas" buscadores de fortuna fácil. Esconde esta novela una crítica feroz al frívolo mundo de las apariencias en el que se mueve la burguesía de finales del siglo XIX, donde abunda la hipocresía y la falsedad,y todo se hace pensado en el que dirán...La escena de la muerte de "Brillante" y lo que esto supone para la familia Paredes...me ha parecido simplemente genial. Da gusto leer un libro tan bien escrito, y tan extrapolable, por otra parte, y por desgracia,a la sociedad actual, a pesar de haber estado escrito hace más de 100 años. Le doy un 8.
hace 8 años