Libro muy interesante que nos ofrece un punto de vista del sitio de Leningrado diferente de los que estamos acostumbrados a ver o leer. El autor, de ascendencia rusa, mezcla realidad y ficción, basándose en el testimonio de sus abuelos, y consigue una novela muy amena y entretenida que nos traslada de tal forma a aquel invierno de 1942 que más de una vez sentiremos escalofríos a pesar de estar leyendo junto al radiador. La mezcla de realidad y ficción convierte a la novela en apta para todos los públicos pues aunque se detallan hechos de extraordinaria crudeza, se compensan con momentos incluso humorísticos. Además, supone un soplo de aire fresco. Benioff en algunos párrafos recuerda a uno de los escritores norteamericanos con más talento de la actualidad: Michael Chabon. Cruel, dura y salvaje como la guerra pero muy entretenida.
hace 15 años