Este libro es un claro ejemplo de la literatura basura. ¿Qué ha pasado con la literatura contemporánea? La literatura de estos últimos años, gran parte, se limita a ser objeto de ganancias. Nada más. Hoy día, cualquier persona puede publicar un libro. Y si esa persona tiene un determinado número de seguidores en las redes sociales, o fama (El Rubius, Belén Esteban, o el 'poeta' de Intranerso) se consagra como autor, aun cuando su obra es irrisoria. Si es que se puede llamar obra. Estamos castigando y prostituyendo la literatura... No todo puede entrar bajo el concepto de 'obra literaria', puesto que para ello, tiene que tener un mínimo de calidad, calidad de la que carece, por ejemplo, 50 sombras de Grey. Tampoco la escritura debe ser objeto de negocio, puesto que el negocio y el arte son dos cosas distintas.
Evidentemente, hay literatura contemporánea exquisita, de calidad. Evidentemente hay personas que, aunque su fama radica en las redes sociales, han demostrado a pulso que son escritores con todas las letras (Elvira Sastre, por ejemplo). A lo que quiero llegar, es que, sí, siempre ha habido literatura mala, pero en estos tiempos no hay sólo literatura que carece de calidad, sino la falta de criterio. La publicación de cualquier cosa, aunque sea una basura. Hoy en día, el criterio de literarura de calidad no es el contenido, sino la persona que lo ha escrito y su fama. En fin.
Volviendo al tema que nos ocupa, la fama de 50 sombras de grey viene de su contenido, no por su autora. +1 punto para 50 sombras de grey.
50 sombras de grey suele introducir al hábito de la lectura a personas que no tienen este hábito. Me explico. Es una novela con gran impacto social, de la que todo el mundo habla, y que despierta especial curiosidad a un colectivo concreto: mujeres adultas. Todo lo que fomente la lectura en la sociedad, bienvenido sea. 50 sombras de grey +1 pto.
La parte negativa, y resumiendo, porque ya llevo demasiado escrito, es la superficialidad, el machismo, el lenguaje pobre, la reiteración y el sexo salvaje como articulación de la 'obra'. Se ve claramente a la mujer como un objeto sexual, una cosa propiedad de un perturbado cuyo raciocinio está cegado por un persistente hambre de sexo contínuo. Cae en demasiados tópicos: hombre rico, guapo, empresario, romántico y una fiera en la cama. Ella, una simple periodista que se enamora locamente de este sujeto, y se pone a su merced para complacerle carnalmente. ES LITERATURA BANAL. Lean a Dostoyevski, Elvira Sastre, Benedetti o Thomas Mann, no esto, por Dios.
hace 9 años
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