Los dos breves relatos que conforman este volumen, Cezara y El pobre Dionis, tienen ese encanto atemporal y casi etéreo de los cuentos de hadas. Su lectura se desliza necesariamente entre el ensueño y la febril agitación de sus protagonistas. En Cezara irrumpe el amor instantáneo, casi animal, que abate a la protagonista homónima del relato, frente a Ieronim, donde las llagas del amor hacen mella de una manera más progresiva. El envoltorio, que se desliza entre parajes naturales que evocan al paraíso perdido, termina de conformar una historia con deliciosos aromas a intensa fábula. El pobre Dionis discurre por cauces más esotéricos, en la historia de dos personajes que se entrelazan y tratan de apresar en sí la historia de todos los hombres. La prosa de Eminescu es morosa, muy descriptiva, sobresaltada de continuo por emociones encendidas y aun así llena de vigor, con ese encanto del que narra por el placer de hechizar a su audiencia. Leídas de manera seguida, o bien en momentos alternos, las dos historias contenidas en Cezara dan, de seguro, un muy placentero rato de lectura, oscilando entre la tinta del papel, el ensueño y los sentimientos exacerbados. (Carlos Cruz, 11 de septiembre de 2011)
hace 9 años