El autor escribió esta novela impresionado por el recuerdo de los tiempos en que su abuela le contaba la historia de David y Betsabé. La Biblia se narraba oralmente en su pueblo natal. El Rey David, cautivado por la belleza de la joven Betsabé, querrá deshacerse de su esposo, el guerrero Urías, situándolo en primera línea de batalla. La novela recrea con mano maestra los avatares que permitirán que el hijo de Betsabé, Salomón, sea designado por David para sucederle en el trono. A través de un lenguaje sublime y de una sencilla técnica, Lindgren realiza un minucioso estudio de la psicología humana. No se trata sólo de un pasaje bíblico narrado de una manera cautivadora, sino que en este libro se abren caminos para reflexiones filosóficas mucho más profundas: los conflictos humanos, el deseo de poder y la dificultad del hombre de todos los tiempos para entender los designios de los dioses. Lindgren ganó con Betsabé el prestigioso premio Fémina étranger en el año 1986.