Se cuenta la irrupción del cachorro Montsalvages, un joven catalán que se marcha a Nueva York a encontrarse a sí mismo y convertirse en un prometedor escritor, en la vida de un grupo de cuatro jóvenes amigos, hastiados y llenos de monotonía. El grupo está formado por un joven judio, Kevin, cargado de convencionalismos y tópicos, un joven heredero millonario, Harry, y dos hermanas de clase media, Claire y Jean. Esas tediosas vidas ganan chispa con la llegada de Alfred, un catalán que se marcha a Nueva York para escribir. Todos huyen de la vulgaridad y de la mediocridad. Todos quieren diferenciarse de la masa y sentirse diferentes es su cometido e la vida. La novela avanza y con ella avanzan los años de estas relaciones tan tormentosas. Los unos en los otros van a buscar amor, amistad incondicional e inspiración literaria. Con el tiempo encontrarán muchas decepciones. La estructura de la novela se divide en cinco partes y el autor va distribuyendo información de los protagonistas con cuentagotas lo que hace que nos llevemos sorpresas bien dosificadas a lo largo de sus páginas. Me ha llamado la atención la aparición del género epistolar mediante cartas enviadas a Barcelona a sus hermanos por el príncipe, que así es llamado Alfred, y que, aunque tienen respuesta, no conocemos directamente, sí no es por alusiones de Alfred a sus diferentes hermanos. Es un recurso muy original. La primera parte del libro sirve para engrasar nuestro engranaje y familiarizarnos con los personajes. A mí particularmente me ha parecido tediosa. Menos mal que más adelante parece otra novela y se vuelve muy interesante. Merece la pena el esfuerzo inicial.
hace 2 años