El célebre relato “Aballay” de Antonio Di Benedetto es el punto de partida de la película homónima de Fernando Spiner. Hay coincidencias geográficas y sociales entre la vida rural del lejano oeste norteamericano y la pampa sudamericana: las grandes extensiones no conquistadas, los hombres que viven a caballo y la ley ausente, que deja lugar al culto de las armas y la pelea; el relato agrega los componentes de la venganza y el duelo, una temática de alcance global. "Aballay", la película, es también un nuevo abordaje de la gauchesca, con el desafío de salirse del estereotipo de la gauchesca pampeana –en esta ocasión, es el gaucho habitante de los Valles Calchaquíes con su importante influencia indígena– y de redescubrir al gaucho como personaje, con la liturgia de sus armas, su relación con la ley y su íntima vinculación con el caballo, protagonista fundamental de la colonización. La película, finalmente, retoma una tradición que puede rastrearse en Nobleza gaucha (1915), de Humberto Cairo, Enrique Ernesto Gunche y Eduardo Martínez de la Pera –primer éxito del cine argentino–, en Pampa bárbara (1945), de Lucas Demare y Hugo Fregonese, y en Juan Moreira (1973), de Leonardo Favio.