Decepción máxima. Yo pensaba que Posteguillo era de fiar y ahora lo dudo mucho. El libro, coincido con algunos comentaristas, tiene pinta de formar parque de algún compromiso editorial que ha tenido que sacar adelante a trancas y barrancas. El propio título es engañoso, meramente sensacionalista, pues son pocas las anécdotas con alguna relación con la sangre, sucesos o truculencias. Ha incluido curiosidades reales con leyendas urbanas, anécdotas interesantes con cotilleos de club de lectura, en una ensalada de relatos de discutible mérito. Para colmo, hay confusiones intolerables, como la de atribuir a la reina Mariana de Austria una "gracieta" con Quevedo que es imposible que pudiera darse, ya que la segunda esposa de Felipe V fue reina consorte cuando el insigne escritos llevaba años enterrado en Villanueva de los Infantes. Y no cojeaba. Espero que Posteguillo se haya documentado más y mejor para escribir lo mucho que ha escrito sobre Roma y que tanto entusiasma.
hace 8 meses