El asesinato de una familia de la América profunda en su casa una noche de 1959, acaparó la atención de los medios de comunicación en aquel país de forma limitada, bien en un intento de los poderes fácticos de ofrecer una realidad a los ciudadanos que distaba de la nación en la que creían vivir, bien por el hecho de que la violencia, en los EEUU, había alcanzado ya unos niveles de normalidad que hacía que el eco del caso adquiera una relevancia mucho menor que la que hubiera obtenido en España.
Años después, y coincidiendo con la ejecución de los dos asesinos, Truman Capote inició una investigación de los hechos trasladándose a Holcombe, la localidad de dónde provenía la familia, empapándose así no tanto de lo ocurrido como de la realidad social en la que las víctimas vivían y de las reacciones de su entorno.
El género del “True crime”, narración en forma de novela de hechos reales, supera el mero documento periodístico cuando el autor, con la absoluta maestría que demuestra Capote en esta obra, sabe contar los hechos creando una atmósfera y una sugestión en las que el estilo narrativo consigue ser mucho más potente que el interés de la propia historia.
Durante casi las cien primeras páginas de la obra, la manera con la que se cuenta la vida diaria en la localidad de los hechos, alternándola con el “iter críminis” de los culpables hasta cometer su fechoría, provoca en el lector una palpitación de fondo que sólo Truman Capote sabe hacer, y de ahí que la novela haya llegado a la condición de clásico: la que surge de saber que el sueño americano contado en las páginas se va a desvanecer de la manera más trágica posible.
El suspense contando la huida de los asesinos y la manera con la que la policía rastrea sus pasos. La forma con la que se describe el temor en el que la localidad cae, recelando sus propios vecinos unos con otros, hasta que se da con los culpables. El estilo con el que el autor consigue que la lectura de cuatrocientas páginas no resulte tediosa debido a la manera con la que crea, a través de las letras, un ambiente de película de cine clásico pese a que, la propia maestría del escritor, hace imposible que una adaptación al cine de “A sangre fría” pueda crear en el espectador las mismas sensaciones que la novela genera en el lector.
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hace 2 años
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