Bajo un título tan enigmático, Truman Capote recoge una recopilación de relatos breves, diálogos fruto del híbrido entre la ficción y la realidad, y entrevistas realizadas por él a personajes que captaron su atención. Capote tiene la cualidad de los excéntricos: atraer hacia sí, como si de un magnetismo entre polos iguales se tratara, a aquellos que también se mantienen alejados del centro (valga la traducción etimológica del más adecuado adjetivo para calificar al autor de “A sangre fría”). De esa manera, las historias y pasajes del libro son un compendio de vivencias de personajes con mayúsculas. La obra, pese a todo, tiene el baldón de la difícil lectura que ocasiona que el autor comience haciendo referencia a personas de las que, tras contarnos los antecedentes de su vida, explica después cómo le hablaron de la vida de otros personajes de los que desarrolla su narración, a su vez, para llevarnos a otros y entrar en un bucle del que mucha veces perder el hilo. Quizá, sea una deformación propia del escritor que vive haciéndose preguntas escrutando las vidas de los demás y termina por introducirse así en una espiral interminable. www.antoniocanogomez.wordpress.com
hace 2 años