Es de lamentar que el autor no haya vivido lo suficiente para terminar esta novela, una sátira genial no solo de la guerra y su estupidez, sino de la burocracia militar, con sus hipocresías y sus vicios en todos sus rangos. El protagonista, declarado oficialmente estúpido, es un tipo muy peculiar, bien por que es demasiado tonto o demasiado listo, siempre logra salir de los problemas en los que se mete. Mientras lo leí en medio del confinamiento, me reía como pocas veces de las aventuras del buen soldado Svejk.
hace 1 año