A pesar de que al principio me costó pillarle el truco, con un escritor perdido y su maestro un poco "rarito", debo de reconocer que es un buen libro. Cuesta encontrar un thriller que el final no se intuya a mitad del libro y que te haga dudar de todos los personajes y Joël Dicker lo consiguió. Entretenido, combina el escenario del pasado con el del presente sin que en ningún momento pueda suponer un aburrimiento. Además, es un placer ver como este autor es capaz de escribir diferentes tipos de novelas totalmente distintas entre ellas; no se ven ningún paralelismo entre La verdad sobre el caso de Harry Quebert, el libro de los Baltimore y Los últimos días de nuestros padres.
hace 5 años