Se trata de una novela sobre dos pasiones intensas y muy distintas: el asesinato por placer... y el placer del amor. Un médico envenenador, orgulloso de sus éxitos homicidas, impunes y complacidos, decide asombrar y conmover a la sociedad quitándole la vida a un gran escritor. Con la ayuda de un amigo, que ignora su propósito, se acerca a la víctima, elabora un plan y prepara el asesinato. Amenazada también por el asesino, a quien conoce, una mujer de vida tranquila y costumbres planas debe enfrentarse a una decisión muy difícil sin más datos que sus sentimientos y el lenguaje de su corazón. Ambos sabrán, sin embargo, que hay entre todas las pasiones una sola que les hace parecidos y ante la cual es inútil la razón. Precisamente como contrapunto a la razón, el argumento introduce la fascinación del teatro y establece con claridad la distinción entre la mentira de la magia y la magia de mentira. Ambientada en 1928, La mitad de una mujer continúa la línea narrativa del autor con una novela en la que el argumento es, otra vez, una intrigante historia cuyo interés crece en cada página y donde el humor se asoma a veces como contraste.