Tras Aguirre, el magnífico y El azar de la mujer rubia, vuelve Manuel Vicent con la narración de los últimos veinte años de la historia de España a través del retrato de la familia real «Era un misterio lo que podía aparecer en el retrato fantasma cuando se levantaran las sábanas. En la oscuridad de aquel salón del Palacio Real las figuras pudieron haber tomado vida propia incorporando a su alrededor la atmósfera cargada que había atravesado España durante dos décadas sin necesidad de que el pintor interviniera.» En 1994 un renombrado artista recibe el encargo de pintar un retrato de la familia real. El cuadro, con las figuras abocetadas, permanece tapado durante veinte años en una sala de palacio. ¿Qué aparecerá en él cuando finalmente se levanten las sábanas que lo cubren? Al contrario que en el mito de Dorian Gray, en el cuadro los personajes podrán contemplarse tal como eran antes de que nuestros sueños fueran derrotados. Pero durante ese tiempo la vida ha transcurrido fuera del cuadro, ha devastado las figuras reales y ha incorporado al fondo del paisaje culpas y renuncias, fracasos y errores, corrupción y crímenes, y también historias de amor más allá de la muerte, terminando por su cuenta la obra después de veinte años. Superados los terrores del segundo milenio, el retrato de la familia real muestra cómo la realidad ha llenado de sombras aquellos sueños que parecía que no iban a corromperse nunca.