Escrito en segunda persona del singular y ya “entrado en el invierno de su vida”, según sus propias palabras, a sus 63-64 años Paul Auster nos presenta este libro autobiográfico que se desarrolla de un modo poco común. Pues no es una cronología de su vida, sino que saltando de uno a otro evoca los momentos y sensaciones que más le han marcado o que más recuerda de su vida: anécdotas infantiles, sus relaciones con las mujeres, accidentes, vivencias en Francia, su familia, los 21 lugares en que ha vivido… y entre ellos destacan los constantes recuerdos sobre su madre, muchas reflexiones sobre la muerte, o sus frecuentes elogios a su esposa. Está escrito con su estilo propio y me ha gustado, aunque, en mi opinión, no es su mejor obra.
hace 8 meses