En 1570 un ejército bajo el mando de don Juan de Austria conquistó la villa granadina de Galera arrebatándosela a los moriscos que se habían sublevado contra las duras medidas de aculturación forzosa decretadas por Felipe II. La villa fue saqueada, y una joven bellísima, conocida como la Maleha, fue apuñalada por un aventurero ansioso de apropiarse de sus brazaletes y pendientes de oro. Un morisco audaz, llamado el Tuzaní, que pretendía la mano de la joven, se infiltró como soldado cristiano, descubrió la identidad del asesino y vengó la muerte de la Maleha. Muchos años después, reinando ya Felipe IV, este suceso fue transformado por Pedro Calderón de la Barca en un impactante drama de amor, honor, infamia y venganza. Un drama notable por las ráfagas de bellísima poesía que contiene, por la empatía con la que el autor representa el punto de vista de los moriscos, por su indignación ante los excesos habituales de las acciones bélicas y por la habilidad con la que moldea los sentimientos del público para conseguir un efecto máximo en la escena de mayor patetismo.