Resumen

El siglo XVII es el siglo de Calderón; lo llenó con su vida y se identificó con su arte, su concepción del mundo y con el espíritu áureo que lo caracterizó. Los afanes y contradicciones de su vida reflejan al hombre del Barroco: una personalidad contrapuesta que explica el sentido de su arte equilibrado, racionalista y de gran perfección formal a la vez que desasosegante y de fuerte contenido emocional. Sus obras dramáticas, principalmente sus autos sacramentales, ocupaban los escenarios del pueblo y de la Corte. En su dramaturgia se vislumbra un espíritu de rebeldía, un ansia de libertad y un gran sentido dramático. Una vida dedicada al estudio y al arte, aunque salpicada de episodios que explican las violentas pasiones que anidan en muchas de sus obras dramáticas. Autos Sacramentales I, incluye: La Iglesia sitiada.- La universal redención.- El divino Jasón.- El Gran Duque de Gandía.- La Montañesa.- A tu prójimo como a ti, I.- El divino Orfeo, I.- La Hidalga del valle, I.- El veneno y la triaca.- El nuevo palacio del Retiro.- La cena del rey Baltasar.- El primer blasón del Austria.