A partir de una caja de fotos familiares, Mariana le cuenta la historia de su vida a su hija, para justificar la manera en que repetimos ciertas conductas, muchas veces a nuestro pesar. Detalla cada una de esas imágenes, y se detiene en ellas para recuperar un pasado elusivo, esa infancia limeña que existe simplemente como algo destinado a añorarse, un paisaje que vibra de fugacidad antes de desaparecer por completo, igual que un espejismo en el calor del desierto. Los retratos no mienten para quien sabe mirar y desenmascarar la fragilidad de las poses. Jorge Eduardo Benavides (Arequipa, Perú, 1964), ganador del XXV Premio de novela Torrente Ballester y del XIX Premio Unicaja Fernando Quiñones de novela, recrea en Volver a Shangri-La con enorme sensibilidad e inteligencia la nostalgia y el dolor que causan el amor, y el exilio, la renuncia y la fortaleza de las madres, los roles sociales que mutilan la creatividad femenina, la erosión de la vida en pareja, y el lastre de los matrimonios fallidos, temas que indagan en el universo femenino tanto actual como de otras épocas.