En la línea de la serie, en esta ocasión Ricardo se ve metido de lleno entre la mafia rusa ni la polaca. Sin grandes artificios tenemos un detective que resuelve los casos a base de intuición. Quizá a veces las historias cojean, pero lo compensan las descripciones de la isla, de los personajes de los que se rodea, y la gastronomía canaria con la que nos deleita.
hace 7 años