Todo un clásico futurista que destaca especialmente por imaginar un mundo donde los seres humanos se fabrican en serie, manipulando los embriones para diferenciarlos en castas y programándolos para aceptar su destino, eliminar el individualismo y las emociones profundas. Esta sociedad mecánica, donde cada uno cumple con su cometido, sin sentimientos y con fácil acceso al placer (drogas, sexo, consumo, entretenimiento...), es feliz en tanto que no hay conflictos, no hay dolor. Y la gran pregunta: en el año 108 después de Ford, salvo para una minoría privilegiada ¿cuál mundo es mejor, el feliz o el nuestro?
hace 8 años