En la primavera de 1947, don Juan de Borbón divulgaba un manifiesto en Estoril y, a la vez, publicaba una entrevista en The Observer, de Londres, proclamando la necesidad de una España reconciliada y democrática. Aquel año, la dictadura del general Franco vivía un momento aciago, pues la ONU acababa de decretar su aislamiento internacional, y estas dos proclamas del conde de Barcelona, que tuvieron una gran repercusión en la prensa inglesa y norteamericana, podían resultar decisivas para alentar a los aliados a derribarla.La reacción del régimen fue furibunda, en especial sobre la familia del corresponsal que realizó la entrevista para el semanario The Observer, el profesor Rafael Martínez Nadal. Hombre célebre y decisivo en nuestra literatura porque había salvado y, luego, editado en Londres el manuscrito de El público, de Federico García Lorca.Un crimen de Estado no es sino el relato de aquella venganza tan despiadada como desconocida.