En este extenso monólogo Felipe relata su encuentro con el amor y la sexualidad. Él es un muchacho común y corriente de 16 años: juega fútbol y habla de los partidos con pasión, a ratos le va mal en el colegio y a ratos le va bien, va a fiestas, se toma los primeros tragos con los amigos y con el papá. Presenta este monólogo una arquitectura inteligente: a la vez que se va desarrollando su relación amorosa, y como para no cansar, va intercalando los diferentes momentos del día a día típico de un adolescente.