El escéptico agente de policía Oliver Sullivan se había mudado al pintoresco pueblo de Kettle Bend para olvidar malos recuerdos. Vivía en paz… hasta que un vídeo en el que rescataba a un perrito que estaba a punto de ahogarse lo convirtió en una celebridad. Sarah McDougall lo veía como la oportunidad perfecta para promocionar el marchito pueblo. Pero cuando conoció al policía, no resultó ser el cariñoso y cálido héroe que ella esperaba. Al contrario, decía odiar a los perros y desconfiar del amor... aunque Sarah le demostraría que estaba equivocado en ambas cosas.