Marco: introvertido y metódico. Trabaja como guionista en un programa de televisión, pero su gran sueño ha sido siempre ser escritor. Su novela está a punto de salir a la luz y parece que promete ser un éxito. Clarisa: treintaipocos, pertenece a esa generación a la que se lo prometieron todo y a la que la crisis le ha negado la mayoría. Estudió, pero no le sirve. Trabaja en el canal Youtube de su madre, famosa por sus vídeos sobre terapia vital vegana y yogui. Sus mundos chocan (literalmente) en la San Silvestre, en una mañana atiborrada de corredores disfrazados de bailarina. Se enamoran de lo que los separa. Él, de la verborrea y caos de Clarisa. Ella, de la misteriosa personalidad y el carisma de Marco. Saco conclusiones de esta pareja: su relación se enfoca mal desde el principio, falta madurez, actúan por impulsos, se dejan llevar por el sentimentalismo, viven una vida en modo adolescente, sus acciones son ensayo y error. Falta un proyecto vital comprometido y firme, viven anestesiados en la realidad. Un buen libro, realista, con un lenguaje muy de la calle que le da el punto actual. Nos sirve para situarnos en la realidad del amor líquido.
hace 2 años