Me ha parecido, con perdón, un soberano coñazo. En principio lo escogí por la temática, que me pareció interesante dado el momento político y social que estamos viviendo ya no a nivel europeo sino a nivel mundial,pero no me ha enganchado en absoluto.El estilo del autor, para mi gusto, se hace muy pesado, no hay apenas diálogos,y casi mejor,porque los diálogos que hay no se si son para reir o llorar, es muy reflexivo, y ha querido combinar las reflexiones existencialistas del protagonista sobre su vida,con eso que ha tenido a bien llamar "política ficción",aderezado con escenas de sexo forzadas y metidas con calzador, que ni excitan ni nada, es más, en algunos momentos son hasta desagradables,y con una misoginia subyacente que me ha llegado a cabrear un poco,y para rematar, parece que nos quiera dar una clase magistral sobre la literatura francesa del siglo XIX y XX...y toda esta mezcla tiene como resultado un churro en el que ninguna de las partes tiene tirón suficiente para salvar el conjunto.Ya quisiera parecerse de lejos a 1984 y a Un mundo feliz.No se si el autor es un provocador o simplemente idiota,pero seguro que no volveré a leer nada más suyo.Lo único bueno, que es corto.
hace 9 años