Puerto Glamur es un suntuoso escaparate mediterráneo de fama mundial que recibe todos los años cientos de miles de visitantes ansiosos por ver de cerca los más exóticos yates de recreo -algunos auténticos palacios flotantes- y los veleros más extraordinarios. Sus millonarios propietarios y los famosos, que se exhiben y codean con ellos, se citan en tiendas de moda y prestigiosos restaurantes, rodeados siempre por una corte de parásitos qué intenta vivir a su costa. En tan privilegiado enclave entrecruzan sus historias, un acaudalado jeque incapaz de comprar la felicidad, un conde cuyas preferencias sexuales serán la causa de que su estirpe se extinga con él, un desaprensivo proxeneta de altos vuelos dueño de un castillo donde organiza fiestas muy especiales para sus acaudalados amigos, un exitoso hombre de negocios cuya prematura retirada ha vaciado de contenido su existencia y la dueña de un yate que gusta presumir de virtuosa. A la sombra de todos ellos y en este magnífico recinto portuario, una serie de personas anónimas vive extraños amores, dramas, desdichas, alegrías, miserias y esperanzas. Marineros que ahogan en la bebida las frustraciones y las nostalgias de una vida errante, sólo justificada por la fraternidad y la amistad. Un pintor amargado que ha dedicado sus mejores años a perseguir el éxito. Un joven capitán de barco que corre todo tipo de riesgos en sus conquistas sexuales y no duda en vivir a expensas de las féminas. Un basurero borrachín y misógino. Peleas de puerto entre hombres duros, entre perros de dueños ricos y de dueños pobres.