Primera novela del año que leo sobre uno de mis temas favoritos, la guerra de Troya, y de la mano de uno de mis autores preferidos, Manfredi. No es la primera vez que el escritor aborda este tema: en esta novela, adopta el punto de vista del que sin duda debe de ser su personaje favorito, el astuto Odiseo. Lo que más me ha gustado de la novela es la forma en que respeta las fuentes clásicas, reflejando una época y un estilo de vida en que se creía que los dioses guiaban y caminaban entre los héroes, la importancia de las leyes de la hospitalidad o la cualidad divina de la belleza de Helena. Sin embargo, no por ello los personajes pierden en verosimilitud, y en esta primera parte Manfredi relata los años de infancia y juventud de Odiseo (lo que permite conocer su entorno y la influencia que ejerce su familia sobre él y el desarrollo de su personalidad) y los acontecimientos de la guerra de Troya. Aunque abundan más las novelas que adoptan el punto de vista de los troyanos (ya se sabe que a la literatura le agradan más los perdedores), en este caso apenas se ven unas pinceladas de la ciudad asediada; sin embargo, no por ello se dejan de apreciar las dimensiones de su tragedia o las cualidades de algunos de sus protagonistas. También me quedo con el retrato que hace de muchos de los héroes fundamentales de la historia, especialmente por la forma en que los humaniza, destacable sobre todo en los casos de Aquiles y de Áyax. Y, como siempre, la novela se beneficia del estilo directo, claro y ameno de Manfredi, aunque también haya lugar para la belleza estética.
hace 8 años
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