Como si fuese Tom Wolffe, el ácido lisérgico, en este caso y mejor dicho, las anfetaminas, han inundado las venas de Jim Dodge para escribir una novela "beatnik" 30 años más tarde lo que tocaba. La verborrea abundante, en este caso la comparación posible es con Paul Auster, inunda el delirante viaje de un cadillac y su no dueño para un propósito difícil de entender, a pesar de que el conductor, experto poiloto, se lo explica a todo el mundo. Es una locura de novela, tal vez si no la hubiese leído sobrío y, a mayores, con café en las venas casi siempre, la hubiese disfrutado más.
hace 5 años