Es una obra compleja y no es fácil su lectura, pues se adentra en los “subsuelos” de una persona singular y atípica. Dostoievski disecciona y analiza una mente o alma atormentada, enferma y escéptica por el mundo que le rodea.
Este hombre subterráneo, demasiado inteligente, crítico y angustiado, como si fueran unas confesiones intimas, habla de: la conciencia, la considera una enfermedad; la culpabilidad, la belleza y la inteligencia; las ofensas, la humillación, su venganza y arrepentimiento; dolor, placer y la voluptuosidad; la acción, el ocio y el aburrimiento; el amor, dependencia y posesión, etc. Una variada exposición de sentimientos y pensamientos que reacciona contra la “lógica” sociedad, su progreso y beneficios.
Después de sus reflexiones, en la 2ª parte nos cuenta sus vivencias en el trabajo, sus experiencias libertinas, su relación arisca y de confusión con los demás, sus recuerdos de estudiante y su relación emocional con una prostituta (como Raskolnikov).
Por fortuna, eso creo, leí este libro con la obra de Kafka y pude apreciar y entender mejor esta novela. En este relato hay varías cosas en común con el universo kafkiano: la extrañeza por el mundo real, ajeno a los protagonistas; la incomprensión con la sociedad y sus formas de actuar; y la peculiaridad de los personajes.
Me gusta “sospechar” que el principio del capítulo 2 es el germen del excepcional relato “Metamorfosis” de Kafka. No sé si es cierto, pero tiene similitud con la idea del cuento, y no creo que sea algo descabellado esa posibilidad.
hace 10 años
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