Para los Post, el viaje de dos semanas a Mallorca con su familia y amigos es una celebración: Franny y Jim cumplen treinta y cinco años de casados y su hija, Sylvia, se ha graduado en el instituto. La soleada isla, con sus playas y montañas, sus tapas y sus pistas de tenis, promete también una tregua de las tensiones propias de Manhattan. Sin embargo, no todo resulta según lo planeado: durante las vacaciones salen a la luz algunos secretos, se experimentan nuevas y antiguas humillaciones, resurgen rivalidades de la infancia y se reabren viejas heridas. Emma Straub, con empatía y humor, nos habla de lo que decidimos mostrar y lo que intentamos ocultar de nosotros mismos, del modo en que nos destrozamos unos a otros y volvemos a reconstruirnos, y de los lazos que en última instancia nos unen. Los veraneantes nos convierte en voyeurs de las vacaciones de esa familia tan neoyorquina, cuyas vicisitudes contemplamos con algo de perverso deleite, como si se se tratara de una película de Woody Allen.