CARTA DE UN SORPRENDIDO LECTOR A UNA ESCRITORA NOVEL:
tensión y ternura. La conjugación de los dos términos de forma literaria es el resultado de la obra que me ocupa. Con frases cortas, bien estructuradas, con un amplísimo vocabulario y dominio del lenguaje, nos va narrando la sordidez de situaciones concretas, saliendo airosa de ellas y con mucha dignidad. La crudeza de la realidad que viven los personajes, nos va introduciendo en la peripecia del mundo que los toca vivir, pasando del sobresalto a la tibieza y ternura que impregna toda la obra. La lectura se hace fácil, y a veces cuasi armoniosa, musical y embelesante; llevando al impaciente lector por un tobogán hasta un final tan imprevisible como sorprendente, y haciéndole creer tras la lectura, que el verdadero privilegiado no es el ángel del título, sino él mismo.
Sin duda, la próxima carta que escriba a Dolores Redondo Meira, no será a una escritora novel, sino que, ya consagrada. Tiempo al tiempo.
Francisco Díaz Sánchez.