Morimos poco a poco, día tras día. En ocasiones morimos sin causa aparente; en otras, el diagnóstico es trágico y claro: nosotros somos la enfermedad. ¿Tenemos cura? Sí, puesto que no somos esencialmente nocivos. Por paradójico que parezca, en nosotros -enfermedad latente- está la sanación. El libro Los elixires mágicos no solo es nuestro original prospecto, sino un claro aviso al navegante del mar del sufrimiento. A lo largo de sus páginas, Michael Handel invita a cerrar los ojos y a abrir la ventana que permite contemplar nuestro interior. Conocer el verdadero origen de un mal e identificar y ponderar las agresiones externas es el punto de partida. Tenemos cura y, aunque no seamos conscientes, nuestras cocinas y alacenas son las farmacias de guardia más próximas donde hallar medicinas. Los efectos de la depresión, la infelicidad que nos arrastra, el agónico insomnio o las alergias -las plagas de la sociedad que hemos construido- no desaparecen de forma súbita. Sin embargo, retomar viejas costumbres, rutinas terapéuticas y alimentos con una capacidad salutifera extraordinaria nos ayudarán a mitigarlos o erradicarlos. ¿Por qué no intentarlo? Handel escribe de forma didáctica y directa para presentar una serie de problemas que, en mayor o menor medida, todos hemos padecido. Y no, no habla de milagros hueros, sino de consejos prácticos respaldados por la ciencia moderna. Quizá este sea un buen momento para encontrarnos en el espejo, asegurarnos de que la felicidad sigue en nuestros bolsillos y volver a la vida. Handel nos pone sobre la pista. (Jorge Juan Trujillo, 28 de mayo de 2018)
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