He aquí un díptico compuesto por dos textos publicados con casi treinta años de diferencia, que supone el regreso a la narrativa de un autor esencial. Pierre Michon, una de las principales figuras de la literatura francesa contemporánea, recupera su novela El Beune Grande (que vio la luz originalmente en 1996, y se tradujo en 2012 en Anagrama como El origen del mundo), para darle continuidad y cierre con El Beune Chico.
En El Beune Grande, un joven profesor llega a Castelnau, en la región francesa del Périgord, cuna del arte prehistórico y por la que corren dos afluentes del río Vézère: el Beune Grande y el Beune Chico. Allí, mientras las antiguas tradiciones del lugar traen el eco de su historia de siglos, conocerá a Hélène, que regenta la posada en la que los vecinos se reúnen para tomar copas cada noche. Conocerá también a su hijo, Jean el Pescador, que escudriña incansablemente el río en busca de carpas; a Jeanjean, un granjero local, cuyo granero alberga la entrada a una cueva, al parecer, prehistórica; y, sobre todo, a Yvonne, la estanquera, obsesión del joven profesor, que consagrará su existencia a la fantasía de poseerla abandonándose a los sueños más secretos y turbulentos.