Resumen

La visita pasea al lector por estados que representan lugares fronterizos (como la locura o el paso de la niñez a la edad adulta) mostrando las fisuras y zonas de misterio del aparente estatismo de lo cotidiano. Porque es en la quietud de la cotidianidad donde Mariana Graciano, insinuando pudorosamente lo fantástico, hace de lo inesperado o amenazante elementos que repentinamente alteran la calma del lector y muestran la fragilidad de un equilibrio resquebrajado.