Desde su «recia llanura manchega», con volcanes en letargo, atardeceres encendidos, vientos impetuosos y mansos rebaños en trashumancia, rinde tributo a grandes reinas de la historia, evocando sus propios recuerdos hasta donde su memoria e imaginación alcanzan, estableciendo un diálogo con etas mujeres inmensas, figuras eternas por su modo atemporal de sentir y latir.