LA PALABRA PINTADA y ¿QUIÉN TEME AL BAUHAUS FEROZ?

LA PALABRA PINTADA y ¿QUIÉN TEME AL BAUHAUS FEROZ? WOLFE, TOM

Portada de LA PALABRA PINTADA y ¿QUIÉN TEME AL BAUHAUS FEROZ?
Nota media 7 Muy bueno 1 voto 1 críticas
  • Género Narrativa
  • Editorial ANAGRAMA
  • Año de edición 2010
  • ISBN 9788433975928
  • Idioma Español

Resumen

Este volumen reúne dos títulos del autor que levantaron en su día una gran polvareda y que ahora se presentan con un prólogo de Oscar Tusquets Blanca. En La palabra pintada, Wolfe describe el curso errático de la historia social del arte moderno y afirma que se ha convertido en una parodia de sí mismo: tan literario, académico y manierista como la pintura contra la que se había rebelado. El arte moderno se puso de moda y los peritos y expertos cedieron su lugar a le beau monde y los críticos. Greenberg, Rosenberg, Steinberg: éstos quedarán en la Historia del Arte –argumenta Wolfe– y no los pintores, llámense Pollock, De Kooning, Lichtenstein... ¿Quién teme al Bauhaus feroz? es una operación similar en el ámbito de la arquitectura, a partir del fin de la Primera Guerra Mundial y la aspiración del Bauhaus, cuyos integrantes suscribían la famosa consigna de Gropius: «empezar de cero». Tan crucial como «empezar de cero» era acabar con la arquitectura «burguesa» por lo que estos marxistas sueñan con edificar un mundo riguroso y abstracto. Expulsados de Alemania por el nazismo, se refugian en los Estados Unidos. Así, en la Babilonia del capitalismo, se produce la paradoja de una atemorizada obediencia a los cánones de una arquitectura desnuda, fría y abstracta, que prohíben el lujo y hasta el optimismo.

1 Críticas de los lectores

7

Un libro compuesto por dos ensayos de Tom Wolfe que como suele suceder, no decepciona. Muy indicado para los descreídos del arte y arquitecturas moderno (cuadros en blanco, edificios de cristal). Una fina ironía y una crítica mordaz hacia esta nueva forma de arte destinado solo a los grupos "que entienden de arte". Eso sí, una advertencia, si el arte moderno te apasiona y eres un habitual del Reina Sofía o del MOMA, mejor no lo leas (a no ser que goces de un gran sentido del humor).

hace 9 años