La niña del andén, de Gill Thompson, es una novela inspirada en la figura de Nicholas Winton, un héroe de la Segunda Guerra Mundial.
Winton, de origen judío, abandonó su trabajo como corredor de bolsa y se dedicó a rescatar niños judíos de la Checoslovaquia ocupada. Consiguió salvar a 669 niños de una muerte segura y mantuvo su hazaña en secreto durante cincuenta años.
Este gran héroe es el lazo de unión de las dos historias que se cuentan en la novela: las de Eva y Pamela.
Eva era una gran pianista con un futuro prometedor, pero sus sueños se truncaron una noche, cuando su camino se cruzó con el de unos jóvenes de las juventudes hitlerianas.
Años después, vive una vida relativamente feliz junto a su marido y su hija. Adora a su pequeña y por ello decide, en contra de la opinión de su esposo, enviarla a Inglaterra para mantenerla a salvo de los soldados nazis que han invadido la ciudad.
Pamela, esposa de un alto cargo del Ministerio de Exteriores Británico, decide acompañar a Nicholas Winton a Praga, en el que sería su último rescate antes de que estallase la Segunda Guerra Mundial. A su vuelta, por avatares del destino, termina haciéndose cargo de Miriam, la hija de Eva.
La novela se desarrolla en Praga y Londres a lo largo de casi dos décadas. En Praga transcurre la parte más dura de la historia porque tras la ocupación nazi comenzó el terrible suplicio de los judíos: la pérdida de libertades, las estrellas amarillas y finalmente, el traslado al campo de concentración de Terezin.
La parte londinense se centra en los pilotos de la RAF. Muchos de ellos eran jóvenes que abandonaron sus trabajos y estudios para entrenarse como aviadores y luchar por la libertad de su país. No solo en Reino Unido sino también en Polonia, Checoslovaquia y otros países invadidos por los alemanes.
Un libro muy emotivo que nos cuenta la vida de dos mujeres fuertes y luchadoras que harán todo lo posible porque sus familias se reencuentren tras la aciaga guerra. (Ana García, 26 de febrero de 2021)