"Leyendo las palabras del gran Ibargüengoitia (sí, a un libro de haber leído al autor ya lo considero así, en las siguientes líneas intentaré explicar el porqué) es inevitable recordar e incluso dejándonos seducir por el inconsciente es imposible no decir en voz alta “…o te chingas o te jodes”. Con una narración en primera persona que nos hace suponer que el autor es la “victima” de tan peculiares aventuras, me orilló a considerar qué, o Ibargüengoitia era un mentiroso con mucha imaginación o las cosas más chuscas pasaban en su barrio. Eso y que me hubiese gustado vivir en ese barrio." Puedes ver la reseña completa en: http://contraelpromediomexicano.com/2013/12/18/fin-la-ley-de-herodes/
hace 10 años